VALENCIA. Que la abstención ante un gobierno de Mariano Rajoy pudiera ser a partir del pasado sábado una "moneda de cambio" que permitiera limar las asperezas que han ido levantando un muro en las últimas semanas entre el president de la Generalitat, Ximo Puig, y la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, era algo que ya había avanzado la síndica popular este verano. Un punto de inflexión que favoreciera que gobierno autonómico y oposición hallaran después de numerosos desencuentros, caminos de entendimiento en los que trabajar desde el consenso y que pudieran levantar ampollas entre los dos partidos del Consell.
Así, el pasado martes, en una rueda de prensa que se preveía sin mayores sorpresas más allá del ya conocido bloqueo en la renovación del Consell Jurídic, la presidenta del PPCV daba la primera muestra de ello y anunciaba tras la reunión de los portavoces de los grupos en Les Corts que, a partir de ahora, tendería "puentes para ayudar al president de la Generalitat, Ximo Puig" y éste lo podría comprobar en la sesión de control de este jueves.
Aunque no profundizaba hacia dónde cruzarían esos puentes, a última hora de la tarde avanzaba que se trataba de una propuesta de Ley en materia de financiación, sin aventurar los detalles de la misma "para no romper el factor sorpresa". No obstante, sí que señalaba que con esta nueva proposición se pretendía comenzar a hablar de la Comunidad Valenciana "en positivo y no en negativo".
En un posible intento del PP de dejar claro que la reivindicación de una financiación justa se volverá a hacer con Mariano Rajoy en la Moncloa, de momento la ley de Presupuestos de 2017 se debatirá en el pleno de Les Corts el próximo 15 de noviembre y la Ley de Acompañamiento, un día después; período en el que los grupos deberán decidir si presentan enmiendas a la totalidad de las mismas o si, por el contrario, lo hacen de forma parcial.
De momento, la ya crónica infrafinanciación de la Comunitat no frenó al actual Consell hace apenas dos semanas para aprobar unos presupuestos expansivos –de 17.155 millones de euros en el ejercicio anterior a 17.724 para el próximo año– con los que pudieran satisfacer las demandas recogidas en la renovación del Acord del Botànic. Tampoco evitaron incluir los 1.325 millones "ficticios" que le corresponderían a la Comunitat si ésta estuviera bien financiada.
Con ello, todas las materias que se han visto afectadas y que han girado en torno a la financiación que recibe la Comunitat Valenciana han sido caldo de cultivo para el discurso del Ejecutivo valenciano y la reforma del caduco modelo de financiación un tema principal a reivindicar por el Consell. Quedará por ver en qué dirección virará la propuesta en materia de financiación anunciada por el PPCV y cómo cae en el partido de Mónica Oltra que Bonig trate de acercarse a un PSPV al que la líder popular tratará de poner en un compromiso.